lunes, 22 de marzo de 2010

HIPÓCRATES (Sobre la medicina antigua)

(Hipócrates) Sobre la medicina antigua

Cuantos se han puesto a la tarea de hablar o escribir acerca de la medicina, tomando como base de su teoría un supuesto, lo caliente o lo frió o lo húmedo, o lo seco o cualquier otra cosa que les plazca, reducen el principio de la causa de las enfermedades y de la muerte de los hombres a una o dos cosas que han dado por supuestas, y asignan la misma causa en todos los casos. Así por un lado es evidente que están equivocados en muchas cosas inclusive las que afirman. Pero sobre todo merecen ser censurados porque lo que abordan es un arte que tiene realidad y del cual se sirven todos en las ocasiones más importantes, y confieren los principales honores a los buenos artesanos y profesionales. Ahora bien, hay artesanos de poca valía y otros muy sobresalientes; y esto no seria así si la medicina no fuera real y si en ella no se hubiera observado nada ni descubierto nada. Si ese fuera el caso, todos serian similarmente inexpertos e ignorantes respecto de ella, y todo lo concerniente de los enfermos quedaría a merced del azar. Pero no es este el caso, sino que, así como en todas las demás artes los artesanos difieren mucho entre si en cuanto a habilidad manual y a inteligencia, del mismo modo sucede en la medicina. Por eso nunca he concebido que la medicina tuviera necesidad de un supuesto inventado, tal como lo requieren las cosas invisibles y enigmáticas. En efecto, cuando se intenta hablar de estas -por ejemplo, de las cosas que están en lo alto o de las que hay bajo tierra-, es forzoso recurrir a un supuesto. Si alguien hablara discerniendo como son no seria claro, ni para el que habla ni para sus oyentes, si lo que dice es verdadero o no, pues no puede ser referido a nada que asegure un saber con certeza.En cuanto a la medicina desde hace mucho cuenta con todo una ves descubiertos su principio y su vía, con los cuales muchos descubrimientos relevantes han sido hechos durante mucho tiempo y serán hechos los que restan, con tal de que quien investigue sea capaz, conocedor de lo que ha sido descubierto, y que parta esto. Pero aquel que, tras dejar de lado todo esto rechazándolo, intente indagar por otra vía y de otra forma y diga que ha descubierto algo, engaña y se engaña; pues es imposible que haya descubierto algo. Porque motivo es necesariamente imposible, tratare de mostrarlo al explicar –en lo que digo-, que es el arte de la medicina. De ello resultara evidente que es imposible que sea descubierto algo de cualquier otro modo.


Hipócrates, Sobre la medicina antigua, Traducción al español de María Dolores Lara Nava, España, Editorial Planeta-DeAgostini, 1995, p. 37-69.